la polaroid te espera,
todo se mueve dentro de ella
anguilas, formas de aguas desconocidas
desagues desprovistos de amor al prójimo,
se acumulan las densidades
hay una densidad espectacular de cuerpos de humo
debajo de la mesa todos se rozan las piernas
intercambian la soledad,
confunden la lengua con la pasión y la infamia
paladares de terciopelo borgoña escalonados
placebos infinitos ascendentes;
mentir se hace imposible con tanta belleza impoluta
y el sofa se llena de humo común
de la presencia omnisciente
buscar toda la noche tu orilla,
aproximarme
chorrear espesa al espiral del cable del teléfono blanco
que te enreda proxímo a mi,
los huesos curiosean
yo dejo que se derritan, plastificándose
algo filoso suena a lo lejos.
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